domingo, 8 de junio de 2014

PERFILES :MANUEL ARIAS FERREIRO , "EL PIRATA", UN GENTLEMAN DE LA HOSTELERÍA

MANUEL ARIAS FERREIRO

El cubata fue una creación americana que sin duda puso una nube tremenda a la coctelería. 

 Entevista publicada en El Ideal Gallego 2002

Por Nonito Pereira

Frente a la masificación, la especialización.  Cada vez son más los empresarios y profesionales del sector de hostelería que apuestan por la calidad y el buen servicio para responder a las exigencias del mercado turístico, e interior,  de A Coruña y su entorno. 

Manuel Arias Ferreiro,  un gentleman de hostelería, aunque todo el mundo lo conozca por El Pirata, apuesta desde hace años por esta filosofía empresarial que pone en practica a diario en la zona turística de Santa Cristina donde regenta desde hace 23 años un local que goza de un gran prestigio entre sus clientes y donde el ritual casi mágico de la elaboración de cocktails, así como el ambiente logrado por una excelente selección musical de jazz, lo han convertido en lugar de encuentro de un público adulto que allí acude para conversar.

Manuel Arias, que muestra la humildad de las personas forjadas en el esfuerzo propio, nació el 31 de diciembre de 1954 en Baamonde, Lugo. Con 12 años ya estaba trabajando en hostelería. Empieza su peregrinaje profesional por establecimientos de Lugo hasta que le ofrecen un contrato para trabajar en el coruñés Hotel Embajador a punto de cerrar. Trabaja dos años en  Casa Sara de Sta. Cristina y se traslada posteriormente a Madrid en donde conoce y se enamora de la coctelería. Todo un flechazo. De vuelta a Coruña entra a trabajar en la Cafeteria  Linares Rivas para cruzar de nuevo el puente del Pasaje y trabajar, primero, en la cafetería Nomar y posteriormente en  Bora Bora, la que sería la primera coctelería exótica del entorno hostelero coruñes. 

De servir al cliente pasa a servir a la Patria haciendo la mili en Madrid, donde profundiza en su romance con el cocktail y con él emprende el camino de regreso a Bora Bora. En 1978 se le presenta la posibilidad de montar un negocio en sociedad y El Pirata empieza su abordaje: “ El local nació con la intención de ser un bar típico en una zona muy turística donde se pretendía que la gente viniese a tomar jarras de sangría , pinchos “piratas” – que era una carne a la plancha muy picante --. ¿ Que pasó?. Pues que Coruña y Sta. Cristina son ciudades turísticos de dos meses y el resto del año los clientes estables no estaban por la labor de tomarse  las jarras de “sangría cabezona”, ni la carne picante. Con lo cuál no quedó otra que reconvertir el negocio. Algo que fuimos haciendo de forma paulatina desarrollando ideas hasta que, después de quedarme con el negocio, le di definitivamente el ambiente que quería.

“Si no vales para otra cosa... trabaja en hostelería”
Esa es una frase que se escuchó más que se escucha porque en un momento dado para trabajar en esta profesión no se requería una preparación adecuada y era el último recurso  para encontrar un trabajo sin tener aptitudes para desarrollarlo. Personalmente creo que hostelería es una profesión vocacional y como tal profesión uno tiene que estar enamorada de ella porqué sino lo estará pasando muy mal y consecuente el servicio prestado al cliente no es todo lo bueno que debiera de ser.
 Actualmente se esta reivindicando la profesión y las Escuelas de Hostelería están haciendo un gran trabajo al respecto. Pronto se notará el trabajo desarrollado en estas Escuelas, cuando los alumnos empiecen a desarrollar en la práctica las amplias enseñanzas recibidas. ¿ El Pirata una Escuela?. En 23 años que llevamos, creo que sí. La gente que se formó en El Pirata siempre ha sido buscada por los empresarios de hostelería aunque un buen porcentaje de ellos, al salir de aquí, lo hicieron para convertirse en empresarios. Los que no, trabajan en negocios muy buenos, lo que para mí es un orgullo.

¿Cuál es la diferencia entre poner y servir una copa?
Es el día y la noche. Servir una copa requiere estar en armonía con el cliente. Existe una sicología,  un momento de relación con el cliente que requiere atención. Poner una copa, es diferente, un trabajo mecánico donde por sistema pones la consumición y no existe ningún trato con el cliente.

¿ El cliente siempre tiene la razón?
¡ Menos cuando no la tiene! (risas). La verdad es que esa  es una frase tópica que en estos momentos apenas tiene sentido. Es más, casi estoy por decir que muchas veces el cliente lo que quiere es que le lleves la contraria en una conversación sobre fútbol, toros o política.  Si, si,... como lo oye. El cliente suele buscar una conversación y no que se le diga “amén” a todo
.
Que rango, barman o camarero, se valora más en hostelería.

La profesión se ha liberalizado con la llegada de los nuevos hábitos de diversión de la juventud que se ha convertido en una rentable unidad de consumo. Hoy  poner copas esta al alcance de cualquiera.

Trago largo o trago corto. Cantidad o calidad.
Hay diversidad de opiniones. Las mujeres, que son unas enamoradas de las combinaciones, la mayoría sin alcohol, prefieren los tragos largos. Luego hay otra parte, incluidas mujeres y hombres, que prefieren el trago corto, poco dulce y cuanto más seco mejor. La tendencia es a la bebida cada vez más seca y con más sabor.

 ¿La coctelería es un arte?    
Efectivamente es un arte porque siempre estás creando y a través del cual entablas una comunicación con el cliente que necesita, que está demandando algo diferente, cansado de lo vulgar, de lo habitual. ¿Momento mágico?. Algo de magia tiene cuando uno esta creando algo nuevo, lleno de sabor y color, y el cliente sabe que es para él en exclusiva. Es todo un mundo.

El cubata fue el principio del fin de la coctelería
El cubata fue una creación americana que sin duda puso una nube tremenda a la coctelería. Pero afortunadamente el panorama vuelve a aclararse y hoy el cocktail está renaciendo con una fuerza tremenda en las grandes capitales y en las zonas de turismo selectas.











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